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jueves, 9 de septiembre de 2010

La Lechuza que sabía razonar


-¿Cómo será un elefante?- preguntó la urraca.
-No sé qué le ha dado a todos por los elefantes- dijo la lechuza-. Y cualquiera se pone a
opinar. Ya me enteré que por ahí un sapo anda diciendo que él sabe cómo son los elefantes.
-¿Y no sabe, doña lechuza?
-Qué va a saber, m´hijita. ¿No ve que eso es pura imaginación?
-¿Y usted sabe, doña lechuza?
-¡Claro! ¡Yo sé muchas cosas! Y eso me autoriza a decir cómo es un elefante. Se lo voy a
dibujar; amiga urraca, para que usted también lo sepa.
Y agarró un palito para dibujar en el suelo, diciendo:
-Lo fundamental es saber razonar. Esa es la fórmula. Ra-zo-nar. Yo sé algunas cosas
sobre los elefantes, mire usted:
1º Vive en el Africa.
2º Se usa como animal de transporte.
3º Es enemigo de los tigres.
4º Corre de una manera poco elegante.
5º Como las hojas altas de los árboles.
-No veo nada claro en todo eso –dijo la urraca-. No me lo puedo imaginar.
-No hay que imaginar, m´hijita, no hay que imaginar. Hay que ra-zo-nar. Ese es el secreto
del conocimiento. Y ahora le dibujo un elefante. Por todo lo que dije, es así:





-¡Quién lo hubiera dicho! –dijo la urraca-. ¡Por fin conozco un elefante!
-Todo es mérito de un profundo razonamiento y una simplísima deducción. Yo, m´hijita, le
dí todos los elementos.
-Pero a mí no me dice nada que viva en el Africa o que corra de manera poco elegante.
-Y sin embargo, eso dice mucho. El Africa es un lugar donde hace calor, y entonces, no
puede ser un animal todo lleno de pelos largos. Y corre de una manera poco elegante por algo
muy evidente, por tener las patas de adelante más larga que las de atrás. ¿O cree que puede tener
unas enormes patas gordas?
-¡Quién lo hubiera dicho! –dijo la urraca mirando atentamente el dibujo-. Así que tiene el
cuerpo como un caballo y un cogote largo, largo.
-Seguro. Y todo eso ya estaba explicado antes.
-No me acuerdo, doña lechuza.
-Ah, m´hijita, hay que razonar más seguido. ¿No le dije que era un animal de transporte?
Por eso es así, para que lo puedan ensillar como a un caballo. ¿O usted cree que a un animal le
van a poner una casilla encima?
-Ya veo, ya veo. Eso sí. Pero, ¿y las manchas de tigre?
-También lo dije: el elefante es un enemigo del tigre. Y ya se sabe, el mayor enemigo es el
que más se parece a uno mismo. Entonces éste debe ser un animal que tiene manchas como un
tigre, y el tigre se enoja cuando lo ve. ¿Está claro? Jamás podría ser de color gris.
-Sí, sí. Pero ese cogote tan largo. Eso sí que no entiendo.
-Y es lo más simple, y no podría ser de otra manera. Atienda, m´hijita, y aprenda a deducir.
Yo dije que se alimentaba de las hojas altas de los árboles...
-Y yo me imaginé un monito, que también como los brotes altos de los árboles.
-Bien imaginado. Muy bien imaginado. Pero mal razonado. Si este elefante tiene partas
como un caballo, no puede trepar a los árboles. ¿Y cómo podría hacer? De una sola manera. Eso
dice la lógica, de una sola manera: con un cuello muy pero muy largo. ¿O usted cree que puede
tener una trompa larga para cortarlos?
-¡Quién lo hubiera dicho! Amiga lechuza, usted me ha dado una gran lección. Ahora sé
como es un elefante.
-Por favor, m´hijita. Para mí es un placer enseñar –dijo la lechuza-. Y ya sabe, cuando
necesite algo, no tiene más que venir a preguntarme. Yo tengo una respuesta para todo.

Fuente:

2 comentarios:

  1. Hola excelente lectura!!! El razonamiento no es suficiente, se necesita la experiencia para conocerlo. Algo así pensaba Galileo Galilei.

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